Santa Teresa de Avila,
um permanente espanto
um permanente espanto
(texto inicialmente publicado no facebook em 11 do corrente)
Volto a 1966. Na Faculdade de Letras de Lisboa, a Prof. Maria de Lourdes Belchior Pontes regia Língua e Cultura Espanhola, cadeira que eu frequentava por opção, já que de Filologia Germânica é o meu curso. Claro que o ascendente magistral que aquela senhora emanava também determinou a minha boa decisão.
Vivi a epifania dos místicos espanhóis, em esp...ecial de Santa Teresa e São João da Cruz. Foi por esses dias, tenho a certeza, que radiquei a mais profunda convicção do meu absoluto iberismo. Santa Teresa, voz da Ibéria, aí está numa importante faceta da nossa maneira de estar e de sentir.
Eis um dos mais espantosos poemas de Santa Teresa, um manifesto de Arte saltando todas as fronteiras, inclusive a do seu aparente enquadramento na poesia mística. É mais, muito mais.
VIVO SIN VIVIR EN MI
Vivo sin vivir en mí
Y tan alta vida espero
Que muero porque no muero.
Vivo ya fuera de mí,
Después que muero de amor;
Porque vivo en el Señor,
Que me quiso para sí:
Cuando el corazón le di
Puso en él este letrero,
Que muero porque no muero.
Esta divina prisión,
Del amor con que yo vivo,
Ha hecho a Dios mi cautivo,
Y libre mi corazón;
Y causa en mí tal pasión
Ver a Dios mi prisionero,
Que muero porque no muero.
¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros!
¡Esta cárcel, estos hierros
En que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
Me causa dolor tan fiero,
Que muero porque no muero
¡Ay, qué vida tan amarga
Do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
No lo es la esperanza larga:
Quíteme Dios esta carga,
Más pesada que el acero,
Que muero porque no muero.
Solo con la confianza
Vivo de que he de morir,
Porque muriendo el vivir
Me asegura mi esperanza;
Muerte do el vivir se alcanza,
No te tardes, que te espero,
Que muero porque no muero.
Mira que el amor es fuerte;
Vida no me seas molesta,
Mira que sólo te resta,
Para ganarte, perderte;
Venga ya la dulce muerte,
El morir venga ligero
Que muero porque no muero.
Aquella vida de arriba,
Que es la vida verdadera,
Hasta que esta vida muera,
No se goza estando viva:
Muerte, no me seas esquiva;
Viva muriendo primero,
Que muero porque no muero.
Vida, ¿qué puedo yo darte
A mi Dios, que vive en mi,
Si no es el perderte a ti,
Para merecer ganarte?
Quiero muriendo alcanzarte,
Pues tanto a mi amado quiero,
Que muero porque no muero.
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